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lunes

REFLEXIONES SOBRE LLEVAR AL BEBÉ SIEMPRE ENCIMA


Barbara Wishingrad es una mujer comprometida con el proyecto de difundir y compartir la experiencia de criar a sus hijos en brazos con su mejor aliado: el rebozo.
Les comparto un artículo de su autoría. Maravilloso.
Gracias por compartir.



Reflexiones sobre llevar al bebé siempre encima

Escrito por Barbara Wishingrad

Como madre primeriza con grandes deseos de hacer lo mejor para mi hijo, yo estaba determinada a practicar lo que se llama "crianza total". Había oído muchas explicaciones acerca de lo positivo de la práctica de mantener al bebé en contacto físico con la madre, pero cuando me puse a ello, resulta que no conocía a nadie que llevara a su bebé de esa forma tan constante y tan próxima que se decía que era la mejor.




Yo tenía unas ganas enormes de usar el rebozo tradicional indígena, o chal, para llevar a mi bebé, como es habitual en los países de Latinoamérica en los que había pasado los últimos años. Me di cuenta de que los bebés indígenas estaban despiertos y tranquilos, aprovechándose de su posición expuesta pero segura para inspeccionar y estudiar el mundo que había a su alrededor.

La teoría que se esconde tras la "crianza total" es la de que si la criatura se siente óptimamente segura durante los primeros años de su vida, no tendrá que pasar el resto de su vida buscando el amor y la confianza perdidos. Una vez establecida una confianza de corazón en el mundo y en las relaciones íntimas, será capaz de tener profundas visiones interiores.

Mi hijito Van conoció el rebozo desde pocos días después de haber nacido. Nos ha ayudado a crear una bonita unión entre nosotros, y entre mí y las mujeres de las culturas entre las que vivo. El peso y la altura del bebé son independientes de mis brazos, de forma que yo puedo pasear cómodamente, llevar paquetes, abrir puertas, etc., mientras que el bebé está seguro y cerca.

Durante los primeros meses, él podía mamar siempre que le apetecía en público mientras estaba totalmente oculto a la vista de los demás. El rebozo es una herramienta estupenda, y le permite a un niño pequeño estar en un lugar seguro en sociedad, participando con sus padres en la vida.

Una visita a los Estados Unidos cuando Van tenía tres meses me reafirmó en mi deseo de la "crianza total". En contraste con la sociedad mejicana, encontré mucho énfasis en los Estados Unidos en cómo hacer la crianza de los hijos más cómoda y en como ajustarla para hacerla encajar con los restantes objetivos de los adultos. Me decían, una y otra vez, "Bárbara, deja al niño. Relájate, necesitas descansar." Pero cuando yo estaba más relajada era cuando estaba dando de mamar o con el bebé pegado a mí. Quería estar ahí cuando Van se despertara para sus frecuentes aunque cortas tomas nocturnas, y realmente no entendía porqué otros padres querían que sus bebés durmieran toda la noche. Sus murmullos pidiendo "chi chi" no interrumpían mi descanso, y yo los daba la bienvenida como una protección contra la posibilidad de un embarazo mientras él era pequeño.

Estoy muy agradecida de que mi estilo de vida me permitiera estar tanto tiempo con mi bebé, y creo firmemente en las frases "contacto constante", "entregada a ser madre", y "los bebés están hechos para los brazos de sus madres". A pesar de todo a veces tenía que dejarle para hacer las necesidades que nos llevan de un día a otro. Como me negué a tener una silla para el bebé, no tenía dónde sentarle cerca y a mi vista mientras me duchaba, cosía, o cenaba. Mi insistencia en hacer lo que yo pensaba que era lo natural, al modo tradicional sólo me incomodaba y agotaba.

Cuando Van cumplió nueve meses, me sentía quemada y confundida, cuestionándome los principios sobre los cuáles yo había basado mi corta experiencia en crianza. Abrí los ojos y no pude creer lo que vi. Yo estaba intentando realizar un ideal que no existía, un ideal de "crianza total" que aislaba a la madre y al bebé como una unidad cerrada.

Yo veía a los bebés indígenas en rebozos todo el día, pero una primita podía estar llevando al bebé, mientras la mamá prendía el fuego, o hacía manualidades; y después una tiíta llevaba al bebé, llevándoselo a su madre cuando quería mamar: y cuando acababa ayudaba a sujetar a la chiquitina a la espalda de su tía. La tradición de la lactancia a demanda se mantenía, pero ¿la "crianza total"? Yo no la veía. El bebé era parte de la gran familia y de la comunidad, y como todos sus miembros, se movía en todos los círculos de actividad. Sí, los bebés estaban en contacto humano permanente, pero no exclusivamente con sus madres.

Me di cuenta de que mi mala interpretación de la relación madre-hijo en una cultura primitiva sólo podía hacerla una mujer occidental, crecida en una sociedad donde las madres y sus hijos pequeños están aislados en el núcleo familiar. La nuestra no es una sociedad tribal y no podemos recrear ésa situación, excepto quizás en raras ocasiones en una comuna o en una comunidad pequeña. En nuestra sociedad tenemos la opción y la inclinación a coger y a dejar a nuestras relaciones siempre que las cosas no van de la forma que se supone que deberían ir.

Quizás comprometernos en un auténtico compromiso y amor entre los miembros de la familia sería el catalizador para la seguridad emocional y el bienestar de nuestros hijos, traídos al mundo y criados en este mundo moderno.

Al los quince meses, Van y yo seguíamos compartiendo el rebozo muchas veces al día, de compras, paseando, y cuando se ponía a incordiar entre mis rodillas, lo subía a mi espalda y seguía con mis tareas. Mi corazón sigue latiendo cuando oigo su corazoncito latir suavemente contra mis costillas. Estoy agradecida por el don de haber visto estas tradiciones antiguas, y por mi inclinación a adoptarlas, no ciegamente, sino con la conciencia de quién soy y de dónde vengo. Puedo cuidar a mi hijo no con la machacona insistencia de "hacer la única forma de hacerlo correctamente", sino eligiendo lo que funciona en el momento para nuestra familia, que sigue creciendo. Espero siempre escuchar y aprender de mis experiencias vitales.

Bárbara Wishingrad


Publicada en ingles en "Special Delivery", el boletín de la organización
Informed Homebirth and Informed Birth and Parenting (Partos Caseros Educados y La Paternidad y Parto Educado), en el otoño de 1986
Fuente: http://www.rebozoway.org/es/articulos/nuestros-articulos/83-reflexiones-sobre-llevar-al-bebe-siempre-encima.html

jueves

Cómo lavar tu rebozo




Recuerda que toda prenda artesanal requiere de un cuidado especial para conservarla en óptimo estado.


Si lavas a mano:

Usa agua fría

Usa un jabón para ropa delicada
Puedes usar el jabón de la marca ZOTE. Los ingredientes básicos de origen natural que se usan en la fabricación de ZOTE, son los mismos que se utilizan para los jabones de tocador; por lo tanto, se trata de ingredientes no abrasivos, que hacen de ZOTE el producto ideal para el lavado de prendas delicadas que pueden dañarse en la lavadora (como suéteres, ropa tejida y ropa interior), preservándolas en buenas condiciones y alargando la vida de las mismas. Por esta característica, muchos lo usan para lavar la ropa de personas con piel sensible o prendas de bebé. Estos detergentes han sido usados por mucho tiempo en el telar y en la ropa de bebé ya que son menos agresivos al contacto con la piel.Puedes probar detergentes biodegradables como el FOCA, ROMA o BLANCA NIEVES; los puedes encontrar en polvo y líquidos.

Tallar ligeramente

Lavar la prenda sola

No usar cloro

No exprimir

Secar colgado

No usar secadora

(de preferencia seca la prenda en la sombra para conservar los colores originales)

Usa plancha tibia


Si lavas en lavadora

Usar agua fría

Usar jabón para ropa fina

En ciclo delicado

No uses cloro

Lavar con colores similares

No exprimir

Secar colgado

No usar secadora

martes

Beneficios del rebozo


El rebozo ha estado entre nosotros por mucho tiempo. Es una prenda que siempre ha estado presente mientras los humanos nos encargamos de seguir haciendo bebés y seguirá vigente porque FUNCIONA!
Éstas son sólo algunas de las razones para empezar a usar el tuyo:

¡Bebés felices!

Reduce el llanto e irritabilidad hasta un 43% durante el día y el 51% en la noche de acuerdo con un informe en la Pediatrics Journal.

Una mejor comprensión de las necesidades de tu bebé

Te ayuda a comunicarte mejor con tu bebé. Te vuelves más sensible a las necesidades del bebé y señales, lo que significa que tu bebé va a llorar menos porque sus necesidades son satisfechas antes de que llore.

Conveniente
No tienes que preocuparse por pasillos estrechos, escaleras o las multitudes, y no es pesado o difícil de manejar como los portabebés. Además, también arrulla al bebé para dormir.

¡MANOS LIBRES!
Libera tus brazos para que puedas hacer las cosas, como trabajar o cuidar de sus hermanos mayores, mientras creas el vínculo con ellos y calmas a tu bebé.

El bebé llora menos
Los bebés que son cargados en el rebozo lloran menos, sonríen más, regurgitan menos, tienen menos cólicos y establecen mejor los vínculos afectivos. Eso significa que tú también serás más feliz!

¡Bebés más sanos!

Debido a los efectos del movimiento y al contacto cercano, los bebés pasan menos tiempo llorando y más tiempo creciendo y prosperando

Más fácil de disciplinar

Traer a tu bebé contigo crea una conexión más profunda entre padres e hijos. Las investigaciones muestran que los niños mejor relacionados son más seguros, estables estableció, considerados, sociables, cooperativos, flexibles, cariñosos y dispuestos a compartir.

¡Perfecto para amamantar!

El bebé disfruta de un ambiente cálido, privado y propicio para su cuidado. Tú serás capaz de responder inmediatamente a las señales de hambre del bebé. Con esto evitarás que llegue a estresarse o se ponga de mal humor.

¡Bebés más inteligentes!

Los bebés que son cargados están con mayor frecuencia en el estado de alerta tranquila, lo cual es óptimo para el aprendizaje. También están inmersos en su mundo, viendo y oyendo todo lo que hacen y con lo que interactúan , en contacto con tu voz y a la altura de los ojos para que puedan aprender las sutilezas del lenguaje y de la expresión.

5 Razones para usar el rebozo con argollas


Feliz y seguro
El bebé está feliz, seguro, tranquilo y contento, ya que al bebé le gusta que se le abrace y eso hace a unos papás más felices.

Perfecto para amamantar
El bebé disfruta de un ambiente cálido, privado y propicio para su cuidado. Tú serás capaz de responder inmediatamente a las señales de hambre del bebé. Con esto evitarás que llegue a estresarse o se ponga de mal humor.

Simple y versátil
Más simple y más cuidado que el típico canguro, además que el rebozo puede ser portado sobre cualquier hombro y compartido con tu pareja.

Conveniente
Es más conveniente y mucho más fácil entrar y salir del coche y maniobrar alrededor que una carriola. También se pliega para caber fácilmente en su bolsa de pañales y puede ser lavado en la lavadora.

Coherente
Más coherente y mucho más ligero que transportar a tu bebé que andar dando vueltas en el asiento del coche. Además, se ha demostrado que los bebés llevados cerca del cuerpo de su madre en los primeros meses de vida tienen un mejor vínculo; crean lazos afectivos más fuertes y tienen una mejor salud emocional que los bebés transportados en asientos para infantes.

miércoles

Beneficios de los portabebés

Hoy quiero compartirles la importancia de portar los cargadores o rebozos en "letra" de una mujer maravillosa que nos llena siempre de buenos consejos y lindas historias.
Marsupina, Sol; gracias por compartir tanta alegría y sabiduría.

A pesar de que hoy en día vivimos en casas, sin depredadores rondando, y por tanto nosotros consideremos la situación como “segura”, el bebé no la percibe así en absoluto, no entiende la ausencia de los cuidadores como algo temporal, para él, lo que está fuera de su campo de visión, no existe.

Además, mientras más pequeño es, más “sensorial” es, y no le basta con ver a la madre, necesita sentirla, estar en contacto, olerla, y ser parte de su movimiento. En definitiva: necesita saberse seguro, en sus brazos.

Cuando un bebé se encuentra en brazos de su madre se encuentra tranquilo, no tiene que preocuparse por seguir vivo, tiene la certeza de que su madre lo hará por él. Cuanto más relajado y seguro esté un bebé, más equilibrado estará emocionalmente.

Pero no sólo los bebés vienen preparados para estar en contacto con sus madres, nuestra anatomía está claramente adaptada para llevar a nuestros bebés encima.

La forma de la cadera y cintura de la mujer humana facilita el llevar al bebés encima, si observamos a un bebé cargado sobre la cadera de su madre, ésta parece un asiento para su pequeño. Asimismo, los pequeños ayudan con la posición de sus piernas, incluso bebés de menos de un mes doblan las piernas y separan las rodillas cuando los levantamos, en espera de “cabalgar” en la cadera.


Todavía hoy existen muchos pueblos indígenas en el mundo que llevan a sus niños todo el día encima, cuando trabajan en el campo, durante las labores domésticas o cuando comparten danzas y fiestas. Estos niños suelen llorar mucho menos que los bebés occidentales, se muestran relajados y se duermen placidamente en brazos cuando lo necesitan, sin un ambiente bajo en ruido o con poca luz, simplemente con la seguridad de estar cargados por sus cuidadores.

En la mayoría de las mochilas comerciales, el bebé raramente puede adoptar la posición correcta, en ranita, que es tan importante para su espalda (con las piernas elevadas al menos 90º, con una separación lateral de 45º y su espalda redondeada), la mayoría de los bebés están -en el mejor de los casos- sentados o -en el peor- colgados de sus genitales, su espalda no está bien sujeta -no puede curvarse-, se hunde y puede dañarse.

Los portabebés tradicionales son óptimos para el confort del bebé y de la persona que lo lleva, puesto que se adaptan perfectamente a ambos cuerpos.

Y, llevar a tu bebé en un portabebés, está lleno de beneficios y ventajas, una vez que lo pruebes ya no querrás llevarlo de otro modo.
Gracias por compartir, Marsupina
http://marsupina.wordpress.com/beneficios-portabebes/
Mamá Kangaroo rebozos con argollas es una línea de rebozos que a diferencia de los rebozos tradicionales, el nuestro cuenta con un par de argollas metálicas resistentes que aportan más seguridad y comodidad al momento de cargar a nuestro bebé.Los rebozos han sido diseñados con el propósito de compartir la hermosa experiencia de estar cerca de nuestro bebé mediante una de las prendas más antiguas para cargar y arrullar a los bebés, como protección contra el frío o el calor y como accesorio. Sus usos son tan variados como la imaginación misma.

El uso del rebozo o cargador con argollas está basado en investigaciones que muestran que los bebés se desarrollan y aprenden mejor cuando comparten sus experiencias con alguien que aman; la misma persona que alienta su curiosidad natural , está pendiente de sus necesidades y los ayudan a entender el mundo que los rodea cada día.
Beneficios

Los beneficios son muchos. Al estar cerca de tu bebé permites que el vínculo madre e hijo sea más fuerte llegando conocer mejor a tu bebé al estar pendiente de sus necesidades, el bebé escucha tu voz, el latir de tu corazón, le proporcionas seguridad, comodidad, una temperatura agradable, va contigo a todas partes, exploran el mundo juntos. Con las diferentes posiciones puedes realizar tus tareas cotidianas en el hogar, ir de compras, de paseo ya que con las argollas tienes la seguridad de que el rebozo no se va a desamarrar, animas la curiosidad natural de tu bebé, puedes amamantarlo con discreción al contar con suficiente tela para cubrirte y lo más importante: estarás criando a tu bebé con respeto y mucho amor.
Así que disfruta de tu rebozo con argollas Mamá Kangaroo (u otro tipo de cargador) con tu bebé y cuando gustes nos gustaría que compartieras con nosotros tu testimonio, cuéntanos la experiencia de portar el rebozo y de ser parte de la comunidad canguro, apoyando la crianza en brazos con respeto y mucho amor.